lunes, 3 de noviembre de 2014

Interpretacion alterna

Interpretación alterna
Según algunos autores, estos objetos representan aviones modernos de mediados del siglo XX, inexistentes en aquella época. De hecho, según estos escritores, esta interpretación está más cerca del significado de estas figuras, pues las características —alas, alerones, colas y timones— son más propias de los aviones que de los animales. Uno de los artefactos tiene también una especie de hélice en la nariz, tal como la que existe en los aviones monomotor. Algunos también tienen algo parecido a cabinas pequeñas.
En 1996, los alemanes Peter Belting y Conrad Lubbers crearon modelos simplificados a escala de algunos de estos objetos (los que tienen forma más aerodinámica), y comprobaron que sus modelos radio-controlados podían volar.1 Sin embargo, en 2013 la revista El Ojo Crítico que dirige Manuel Carballal publicó un artículo sobre los "aviones precolombinos" en el que el investigador Antonio Luis Moyano rastrea su origen. Al parecer, el famoso "avión precolombino" respondería a una réplica "versionada" por un joyero de Philadelphia y que cayó en manos de Ivan T. Sanderson.
Críticos de la interpretación de estos artefactos como aviones modernos argumentan que la cultura pre-colombina en América del sur no tenía el conocimiento ni la tecnología para manufacturar aviones. Entre los puntos que se argumentan se encuentran los siguientes:
·         Los artefactos de metal que estas culturas crearon generalmente eran ornamentales u objetos pequeños prácticos como cuchillos.
·         Para construir un avión moderno se necesitan láminas de metal, tornillos, y herramientas de soldadura, entre otros, los cuales no existían en la época de estos artefactos.
·         Considerando que el acero era desconocido en la época de estos artefactos, el bronce no es un buen material para construir aviones.
·         El motor de combustión interna y el combustible todavía no existían.
·         No se han encontrado pistas de aterrizaje para los aviones.

·         Cuando se comparan los artefactos con otros artefactos semejantes de la época, la mayoría han sido identificados como peces e insectos. Los pocos que no se han podido identificar positivamente con un animal en específico no forman un número suficientemente grande de la población de artefactos para extrapolar conclusiones estadísticamente significativas.

Interpretación

Estos objetos se interpretan como figuras zoomorfas de aves, insectos o peces, de ríos o del mar, a pesar de la lejania del mar de la zona donde habitaban, tuvieron contacto con el resto de poblaciones de la zona. El presentado en la foto adjunta tiene una gran semejanza con peces voladores quizás el pez golondrina o la Gunard Voladora, peces marinos presentes en las aguas de Colombia, que simplemente fueron representadas por los quimbayas por motivos religiosos, como lo fueron los escarabajos en el antiguo Egipto. Algunas figuras también tienen una cabeza casi idéntica a la del cocodrilo, tal como los que habitan en ríos y marismas colombianos, pero las demás características de estas, como una cola corta orientada hacia arriba o patas planas, prueban que han combinado rasgos de muchos animales y por ello no se ha determinado la especie representada por los quimbayas a pesar de los muchos parecidos que tienen con peces marinos. Una interpretación es que se hayan creado como "juguetes", ya que en la parte inferior tienen unos pequeños mangos rectangulares para poder sostenerlos.

Origen

Los artefactos quimbaya (también conocidos como aviones precolombinos, antiguamente llamados Pájaros de Otún) son figuras de oro y bronce propios de la cultura quimbaya que datan de alrededor del 1000 d. C., encontrados en Colombia. Algunos han sido clasificados como ooparts, pues aunque los arqueólogos creen que representan animales, otros dicen que se parecen más a los aeroplanos modernos que no existieron en aquel entonces.
Fueron encontrados cerca de las orillas del Río Otún (de ahí el antiguo nombre de pájaros de Otún). Actualmente están exhibidos en el Museo de Oro en Bogotá, pero presentados como figuras zoomorfas y no como aviones antiguos. Se conocen 24 de estas figuras, aunque se han encontrado muchos más, pero muchos de estos han salido ilegalmente del país.